Decisiones Invasoras

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

-Eclesiastés 11:9-

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Vaya y haga pero no juegue con su vida!

Puede ser que esto suene un poco irónico, hasta como una amenaza pero no es así; tenemos que tomar decisiones recordando que Dios permite que sigamos nuestros corazones y miremos qué haremos sabiendo que nos juzgará, "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras" (Jeremías 17:9-10). El corazón es engañoso, quién puede comprenderlo?, a veces nos traiciona y es complicado.

Proverbios 4:23 nos advierte que debemos guardar el corazón sobre toda cosa porque de él brota, mana o fluyen los asuntos de la vida, Si del corazón sale vida debemos saber quién o qué la hace fluir. "Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz" (Salmos 36:9). El señor es la fuente de vida, en Él tiene origen, y al hablar de decisiones es necesario no fiarse del corazón sino de la vida que tenemos en Dios.

"El ojo es la lámpara del cuerpo" (Mateo 6 22-23). Nuestros ojos son lámpara de nuestras almas, si la visión está nublada nuestras almas también.

Aprendiendo sobre las especies invasoras podemos decir que ellas entran a un ecosistema dañando todo; el pez carpa en Norteamérica y Europa llegó porque alguien lo introdujo; alcanza a medir hasta 5 pies y pesar más de 80 libras, se reproduce por miles muy rápidamente, se come otras especies, desarraiga la vegetación esencial para los ecosistemas; la manera fácil de descubrir si entró es que el lugar donde penetra se convierte en una "sopa negra" llena de penumbra, donde es imposible ver, es denso, oscuro, allí no se puede ver ni habitar, queda totalmente contaminado. Así nosotros podemos tener en nuestra vida decisiones invasoras que rompen con todo, contaminan y dañan.

Cuando el corazón engañoso se convierte en esa especie invasora que todo lo contamina y daña. La buena noticia es que Dios tiene un plan. "Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia" (Proverbios 3:5). Tu trabajo no es entender y controlar todas tus emociones, sino confiar en Dios, para tomar las decisiones. Toma decisiones reconociendo a Dios, Él alinea el camino, lo allana, endereza, limpia para que nuestro corazón sea arreglado a través de Su palabra. "Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino" (Salmos 119:105).

Si tenemos una comunicación con Dios donde reconocemos lo que Él es, quedará demostrado de qué está lleno nuestro corazón y podremos disfrutar la vida guardando Su Palabra.

Siendo nuestros ojos la lámpara del cuerpo, podremos asegurarnos a través de la Palabra por dónde andar y no salirnos del camino de Dios. La lámpara del Señor limpia nuestra vista al futuro. Los que conocen lo que dice el Padre hacen lo que Él dice y son sus amigos. Sólo a través de lo que la Palabra de Dios nos dice aseguraremos lo que nuestros ojos ven para no salirnos de Su camino. Haciendo lo que Él dice nos aseguraremos de vivir bien. Cómo puedo entonces no tener la visión nublada y ver dónde hay oscuridad para seguir el camino de Dios? guardando Su palabra; esa es la manera de vivir dentro de Su voluntad.

Dios nos juzgará. Donde estamos hoy, es un recordatorio de que tomar decisiones basados en como las cosas se sienten o se ven, creará decisiones invasoras en la vida que es frágil y nuestra relación con el Señor es bastante delicada. No sabemos cuando será el momento de su juicio. Si tomamos el rumbo de la vida como quien vive solo una vez, porque se siente rico, experimentamos, jugamos y tomamos decisiones de acuerdo a como nos sentimos o lo que vemos, cada vez se intentarán cosas más arriesgadas. "Las decisiones no se quedan jóvenes por siempre y acarrean consecuencias". cuando menos esperamos o pensamos, todas esas decisiones como especies invasoras en la vida, desarraigarán lo que el estaba plantando, contaminarán y traerán consecuencias terribles. Aquellos que celebraban lo que hacías no van a estar ahí para asumir tus consecuencias.

Sigue el camino de Dios, que es el que conviene, guardando Su Palabra para que veas claramente. "El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida Mi Palabra es Espíritu y es vida" (Juan 6:63). Las decisiones no se quedan jóvenes por siempre. Decidamos lo que nos lleva a hacer lo que Dios dice.

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