Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. — 1 Tesalonicenses 5:18
Pareciera que en estos tiempos escasearan los motivos por los cuales dar gracias; los medios de comunicación masivos muestran un enfoque amarillista que exalta y pondera la crisis mundial —(no estoy diciendo que no exista)—pero mientras más ruido percibimos, más fuerza cobra el pánico, en ocasiones un tanto disfrazado de extrema precaución. El punto no es debatir si vivimos o no vivimos en un mundo envuelto en pánico; el punto es definir cuál es la voz que estamos permitiendo que sea dominante e influyente en nuestra manera de vivir y cómo respondemos ante las circunstancias adversas.
La gratitud es un sentimiento de reconocimiento hacia alguien por un favor recibido, y si vamos a nuestro Manual de Instrucciones por excelencia, la Palabra de Dios, encontramos que Su voluntad es que “demos gracias en toda situación”. Pero cómo agradecer por la pérdida de un familiar? Cómo agradecer por un diagnóstico de una enfermedad terminal? Cómo puedo agradecer si me quedé desempleado y las cuentas no dan espera? Siempre serán interrogantes con difícil respuesta desde una perspectiva humana racional, pero este tipo de preguntas nos lleva a ejercitar la parte de nuestro ser que se encuentra en constante lucha con aquello que llamamos real, físico, tangible, y es el espíritu. Nos hemos acostumbrado a la idea que nos vende una sociedad de consumo en la cual eres exitoso mientras más posees, pero la biblia nos enseña que Los hijos de Dios son personas agradecidas, porque se dan cuenta de lo mucho que han recibido. De acuerdo a 2 Timoteo 3:2, una de las características de los últimos días es una falta de gratitud. La gente malvada será "ingrata o desagradecida".
GRACIAS POR NADA? Te parece poco tu vida, tu salud, tus dones, tus capacidades, tus seres queridos que aun puedes disfrutar, tu hogar, el alimento, el rol que cumples en tu comunidad… son algunos de los motivos por los cuales deberíamos permanecer en constante gratitud con Dios, y que por estar acostumbrados a contar con esas bendiciones y recibirlos como parte de nuestra vida diaria, olvidamos que están allí como un regalo divino, y frecuentemente prestamos más atención quizás al regalo ajeno, porque “la grama del vecino siempre será más verde”… esto es un error de perspectiva! Cuando estamos agradecidos, nuestro enfoque ya no está en nuestros deseos egoístas o en el dolor de las circunstancias actuales. Expresar la gratitud, nos ayuda a recordar que Dios es soberano y que siempre está en control. Entonces, la gratitud no sólo es conveniente, sino que es saludable y beneficiosa para nosotros, no solamente en el área espiritual, sino también causando un impacto en nuestro bienestar físico, social, mental y emocional. Nos recuerda una visión más amplia de que pertenecemos a Dios, que Él nos creó, que separados de Él nada podemos hacer y que nuestra respuesta natural debe ser estar agradecidos por la vida que Él nos da. El Salmo 136:1 dice, "Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre”.
Oración
Señor Jesús, enséñame a ejercitar mi fe y alinearme a tu Santa voluntad, dando gracias por todo y en toda circunstancia. Sé que pueden existir mil razones por las cuales quejarme, pero hoy decido vivir con un corazón agradecido por lo que has hecho, por lo que estás haciendo, y por lo que harás.
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