Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna, sobre un pollino, hijo de animal de carga.
-Mateo 21:5-
Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
-Apocalipsis 19:11-
Conmemoramos el inicio de los últimos días de Jesús en la tierra de forma física. La celebración de la Pascua inició en Egipto, cuando con la décima plaga el ángel del Señor hirió de muerte a todos los primogénitos y no tocaría al pueblo de Dios pasando de largo al ver la señal, con la que ellos siendo instruidos por Moisés marcarían el dintel, parte superior del marco de las puertas con la sangre de un cordero. Pascua significa pasar encima o saltar. Jesús no vino a celebrar la pascua, Él vino a ser el cordero pascual, de manera que, si el ángel de muerte ve que estás cubierto con la sangre de Cristo, pasará por alto y no te herirá. A diferencia de la literalidad del acontecimiento en la décima plaga, tú no necesitas untar tu cuerpo ni tu casa con sangre, necesitas tener a Jesús en tu corazón, pertenecerle y obedecerle. No es Jesús quien lo necesita, eres tú.
En Mateo 21:1-11 contemplamos la entrada de Jesús como Rey a Jerusalén y a la gente celebrándolo; ponían todo lo que tenían a mano como expresión de alabanza y adoración.
Y LA GENTE… ACLAMABA, DICIENDO: ¡HOSANNA AL HIJO DE DAVID! ¡BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡HOSANNA EN LAS ALTURAS!
¡Hosanna! Es una expresión de clamor que significa ¡Sálvanos! y solamente se le atribuye al Mesías; los ramos son expresión de gobierno y conquistador. Jesús voltea todas tus condiciones y expectativas de salvación que no sean Él y haya puesto barreras entre los dos. El Rey vencedor, en un pollino no montado, llevó la carga de toda la humanidad.
CUANDO ENTRÓ ÉL EN JERUSALÉN, TODA LA CIUDAD SE CONMOVIÓ, DICIENDO: ¿QUIÉN ES ÉSTE?
Los gobiernos de entonces se agitaron y querían saber del Rey, pero sus condiciones y expectativas religiosas no les permitieron reconocerlo. Dios es amor y pelea por ti, pero esto último dependerá del equipo al cual pertenezcas. Hoy celebramos a Jesús como el Rey manso, suave, perdonador que es. Pero volverá fiel y verdadero montando un caballo blanco a juzgar y pelear. Jesús también es poder, ira de Dios y justicia, el VERBO DE DIOS, REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Él aborrece todo lo que se quiere interponer entre tú y Él. Acepta a ese Jesús manso para que ese Rey de justicia no te hiera de muerte, porque cuando vuelva no dará tiempo a preguntar “¿Quién es este?”.
Oración
Señor, te amamos, eres el Rey de nuestra vida, te entronamos y clamamos, ¡SALVANOS! Gracias porque como Rey, estás sobre mí y todo lo mío, que también es tuyo porque eres Tú quien me lo ha dado.
Amén.
Expectativas para un Rey! | Predica del Domingo | ALTAR en Español
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