Uno de los personajes bíblicos, que más llama mi atención, es la Reina Ester. No solo por su maravillosa historia de entrega y justicia sino por su profundo compromiso con el propósito de Dios en su vida.
El contexto de esta historia, se enmarca durante el periodo del reinado persa del rey Asuero. Él hizo hizo una fiesta y un gran banquete con el fin de mostrar la majestad de su reino; su deseo: que la reina Vasti, se presentara delante de todos, con su corona. Pero ella se negó, lo que dió como resultado su expulsión del reino.
Asuero se queda sin reina y a los criados del rey, se les ocurre la idea de hacer un “Concurso de Belleza” para conseguir una reina digna del imperio persa. Y en este punto Ester entra en la historia; ella, que no era precisamente de la realeza sino una chica judía, huérfana, que había sido criada y adoptada por su primo Mardoqueo, quien además le pide ocultar su origen judío, debido a que no era muy bien visto por el resto de los pueblos paganos.
Pero… ¿qué pasó con Ester? La Biblia nos dice que ella halló gracia a los ojos del rey y éste le hizo reina. Sin embargo, un hombre llamado Amán, tramó un plan para matar a todos los judíos. Así que nuestra valiente Ester, se presentó delante del rey y con la intervención Divina, el plan de maldad de Amán fue vuelto contra él mismo, dándole la victoria una vez más al pueblo de Dios.
La historia de Ester, es un ejemplo claro de lo que significa el compromiso para un hijo de Dios. Cuando ella se entera, de que su pueblo iba a ser exterminado, al principio dudó, pues no solo ponía en juego su posición de reina sino incluso su propia vida; sin embargo, para ese momento, su tío le dice unas palabras que transformarían el corazón de ella:
"… No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?" Ester 4: 13-14 Reina-Valera 1960
Lo que Mardoqueo le dice a Ester, es una verdad aplicable a tu vida: Dios te ha puesto en el lugar donde estás, con un propósito pero queda de tu parte, cumplirlo o no. Sin embargo, Él siempre cumplirá Su propósito, sea contigo o sin ti.
Dios, en su infinita misericordia, nos brinda oportunidades cada día. Pero debemos estar conscientes que si no cumplimos con ese propósito, la bendición que trae ese compromiso, será para otro. Debemos entender, que Dios nos está poniendo en este lugar y momento con un propósito.
Ese lugar donde te encuentras hoy, es de privilegio. Ésa familia que te ha dado, ése trabajo, quizás tan pesado, no importa si estás en un palacio real o eres el menor de los sirvientes de una casa, porque Dios te ha puesto allí como luz en medio de las tinieblas. Para el cumplimiento de Su propósito en tu vida tiene que haber un compromiso de tu parte, definido con la disposición y voluntad de mantenerte firme, enfrentando las dificultades que se te presenten.
Es tiempo de levantarnos y tener ese mismo espíritu de Ester, "entrega y compromiso", negarnos a nosotros mismos y entregar todo para el propósito de Dios.
ORACIÓN
Dios omnipotente, toma mi corazón, mente y todo lo que soy; ayúdame a ser comprometido contigo, fiel a ti y entregarme con confianza al cumplimiento de tu propósito en mi vida .
Comments