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UNCIÓN No. 2

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27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. 28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.

-1 Juan 2:27-28-

 

Dios nos dio a conocer el término unción cuando le dio instrucciones a Moisés acerca de la unción de su templo; lo hizo con aceite. Hoy, cada uno de nosotros es el templo de Dios y como tal somos ungidos con el Espíritu Santo y porque tenemos nuestra esperanza en Cristo, conforme a su propósito nos hace herederos para la alabanza de su gloria. Efesios 1:11-14.


LA PROMESA. La promesa es que como todo lo que haces es para la gloria de Dios, ya que aceptaste el mensaje del evangelio, lo creíste, y le das la honra a Jesús, recibes el Espíritu Santo quien es el sello que garantiza tu herencia de la promesa. Entonces obtienes un camino hacia vida eterna en Él. Eres marcado para cosas grandes. Cuando Dios envió al sacerdote Samuel a la casa de Isaí a ungir a uno de sus hijos como rey de Israel, Dios le dijo “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. 1 Samuel 16:1-13


Dios, a través de Samuel ungió a David, el último de los ocho hijos de Isaí, a quien todos tenían por menos, carente de importancia; después de este evento, David pasó por un PROCESO (camino) de muchos malos ratos, dificultades y pruebas durante unos treinta años. Ninguna de éstas logró que David se hundiera en raíces de amargura viviendo en el pasado, al contrario, se extendió hacia la promesa de la unción para cumplir el propósito de Dios. El pueblo de Israel tenía Su palabra acerca de la tierra prometida y pasaron por un largo proceso para obtenerla.


DIOS LLEVA A SUS UNGIDOS A TRAVÉS DEL PROCESO ENTRE LA PROMESA Y EL CUMPLIMIENTO DE ELLA


¿LISTO PARA LA PROMESA? La importancia de los momentos entre la unción y la promesa (proceso) es el aprendizaje. En la vida del ungido todo trae gloria a Dios, porque aprendemos OBEDIENCIA. Jesús aprendió obediencia. Hebreos 5:8-10 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.

La unción te hace un heredero del Señor, la amargura (brota por una pequeña raíz) contamina la unción. Hebreos 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados

Oración

Señor, acércame a ti, quiero sentirte; acércame Señor, quiero escucharte. Tu palabra es vida y Espíritu, ayúdame a obedecerla, que pueda identificar las pequeñas raíces de amargura para rechazarlas; yo quiero seguir viviendo en el camino hacia tu promesa para poder alcanzarla.

Amén.


Unción: La Promesa | Prédica del Domingo | ALTAR en Español

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